El trabajo continuo de varias generaciones
Esta historia deviene de nuestros antepasados que, con su esfuerzo y apuesta por el Aceite de Oliva, decidieron transformar una finca eminentemente cerealística en un extenso olivar que cubría prados y cerros, vaguadas y oteros.
El devenir de los tiempos ha confirmado la idoneidad de dicha apuesta, presentando en la actualidad una finca con una configuración diferencial para cada una de sus parcelas, permitiendo seleccionar en cada añada cuáles son los frutos óptimos para la climatología y pluviometría variable de cada año.
En pleno siglo XXI, y continuando con este espíritu pionero, la finca propiedad de las hermanas Guzmán Ortega, se ha ido mecanizando y profesionalizando cada vez más, siempre con el cuidado y el mimo inculcado por sus antecesores ante la tierra y sus frutos.
Es ya la cuarta generación la que ve una oportunidad de compartir este buenhacer con los consumidores de aceite que quieran acercarse de primera mano a un producto de calidad y sin intermediarios que diluyan nuestros mimos entre otros frutos anónimos. Es por ello que desde 2013 la explotación agrícola se encuentra en Producción Integrada, dentro de los baremos que impulsa la Junta de Andalucía, y sus aceites se fabrican y almacenan de modo independiente también dentro de los criterios de Producción Integrada.
Con el ánimo de compartir el fruto de nuestro trabajo y atenciones al campo es en el 2015 cuando decidimos lanzar nuestra marca diferenciada: VIRGILIUM. Una apuesta decidida por ofrecer nuestro mejor aceite a todo el que quiera aproximarse al mundo la gastronomía mediterránea, y a la sinceridad de una elaboración auténtica de nuestro mejor aceite de Oliva Virgen Extra.